sábado, 11 de junio de 2016

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Menéndez tiene hasta el 30 de junio para decidir si sigue al frente de la Fundación Cajastur

La ley le imposibilita compatibilizar su cargo de presidente con el de consejero delegado de Liberbank

El actual consejero delegado de Liberbank y presidente del Patronato de la Fundación Cajastur, Manuel Menéndez, tendrá que elegir este mes si se queda al frente del banco u opta por su cargo en la Fundación. La Ley de Cajas impide compatibilizar ambos puestos y pone como fecha límite para abandonar uno de ellos el 30 de junio. Esta decisión coincide en el tiempo con las críticas al sistema financiero realizadas por el consejero de Empleo, Industria y Turismo del Principado, Francisco Blanco, que calificó el jueves de «expolio» la pérdida de control de la comunidad sobre la entidad financiera. Respondía así a las críticas del diputado de Podemos Enrique López, que coincidía con el diagnóstico, pero cargaba contra el Gobierno regional por no haber hecho nada para impedirlo y permitir ahora los planes de reestructuración del banco. Ayer fue el coordinador general de IU en Asturias y número tres de la coalición Unidos Podemos al Congreso, Manuel Orviz, el que recordó que su formación ya había advertido de que «la bancarización iba a suponer la pérdida de una herramienta que, bien gestionada, tenía una importancia capital».
El proceso de reestructuración financiera y el rescate bancario de los últimos años supusieron una auténtica revolución para el sector. En ella las cajas de ahorro fueron las principales afectadas, con una sucesión de fusiones y un cambio regulatorio que, además de incrementar los controles, transformó estas entidades en bancos. Fue en 2013 cuando se completó el cambio del marco legal y a las cajas, que ya se las había obligado a realizar su actividad de forma indirecta, se les dio un plazo de un año para convertirse en fundaciones desde las que gestionar su obra social y su participación en los nuevos bancos. En la normativa se incluía la incompatibilidad de que se compaginaran cargos análogos en los patronatos y consejos de administración de las entidades. Sin embargo, la medida que debía aplicarse en ese mismo ejercicio, fue retrasada. La presión del sector, con La Caixa a la cabeza, llevó al Gobierno de Mariano Rajoy a incluir una enmienda en el último momento de la tramitación que prorrogaba hasta junio de 2016 la posibilidad de mantener puestos similares en las direcciones de las fundaciones de las cajas y de los bancos.
Menéndez no es el único que se enfrenta a ese dilema, en el que previsiblemente elegirá continuar como consejero delegado. Los máximos responsables de las cajas están casi todos en esa disyuntiva o ya han tomado la decisión, como Amado Franco, presidente de Ibercaja Banco, que se adelantó a la ley y decidió en marzo dejar la Fundación, mientras que Braulio Medel, presidente de Unicaja, eligió la opción contraria, centrarse en la gestión de la obra social. Isidro Fainé, de La Caixa, aún deshoja la margarita.
El Patronato de la Fundación Cajastur es el máximo órgano de gobierno, representación y administración de esta entidad, que tiene como principales objetivos el desarrollo de la obra social, centrándose en favorecer el progreso de Asturias, y la adecuada gestión de su participación en Liberbank, que ronda el 30%, un porcentaje alejado ya del inicial, del 66%, con el que constituyó el banco en 2011 junto a Caja Cantabria y Caja Extremadura, que cotiza en la Bolsa desde mayo de 2013. De hecho, el Consejo de Administración de Liberbank solo cuenta entre sus catorce miembros con tres representantes de la Fundación Cajastur (además de Menéndez), Jesús María Alcalde, María Encarnación Paredes y Felipe Fernández.
Patronato despolitizado
En el Patronato de Cajastur se encuentran desde científicos como Margarita Salas o Carlos López Otín al presidente de Alimerka, Alejandro Fernández, pasando por el secretario general de la Federación de Centros Asturianos, Manuel de Barros. Son los miembros de este propio órgano los que designan a sus compañeros -un mínimo de cinco y un máximo de quince-, que deben ser personas físicas o jurídicas relevantes.
Dos de los patronos pueden ser propuestos por las entidades fundadoras -la Junta General del Principado y el Ayuntamiento de Gijón-. Este es el caso de Manuel Menéndez, designado por el Parlamento asturiano con los votos a favor del PSOE y el PP, mientras que el Consistorio gijonés no ha hecho valer su derecho y no cuenta con ningún representante. El resto pertenecen a entidades representativas de intereses colectivos en el ámbito de actuación de la Fundación, personas u organizaciones que hayan aportado de manera significativa recursos a la entidad -siempre que cumplan ciertos requisitos como reconocida honorabilidad comercial y profesional-, independientes de prestigio profesional o especialsitas en asuntos financieros. Según la ley, que tenía también como objetivo despolitizar la dirección de las cajas, ninguno de los miembros del Patronato puede pertenecer a partidos políticos, organizaciones empresariales ni sindicatos y, además, ejercerán su labor de forma gratuita.
NOELIA A. ERAUSQUIN

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