El plan piloto se desarrollará en Avilés y dividirá la actuales sucursales en cuatro nuevas tipologías.
- El sector financiero vive una auténtica revolución. A la crisis por la que aún atraviesa, marcada por las fusiones, la necesidad de recapitalización y el desplome de sus márgenes de beneficio, se le suma la migración de clientes a la banca electrónica, que viene, sobre todo, de la mano de nuevos competidores que han irrumpido en el mercado con fuerza y que han llegado para quedarse. Ante este panorama, las entidades tradicionales reaccionan. Es el caso de Liberbank -surgido de la fusión de Cajastur-Banco CCM, Caja Cantabria y Caja Extremadura- que ha diseñado un plan comercial para remodelar su red de oficinas urbanas en los próximos meses y que supondrá la desaparición de algunas de las sedes, al menos como se configuraban hasta ahora. Para implantarlo, realizará una prueba piloto en 40 sucursales de diferentes ciudades. En Asturias será en trece oficinas de Avilés, donde ya se han iniciado las obras. Esta localidad servirá para contrastar en el Principado los nuevos formatos de los centros de atención al cliente, un ensayo que también se realizará en Cuenca, Plasencia, Toledo y Torrelavega. Se trata de poblaciones de diferentes tipos y con economías muy distintas para probar si el planteamiento tiene éxito, antes de extenderlo al resto. El comienzo del test está previsto para las próximas semanas.El planteamiento de Liberbank es cambiar su red actual, en la que todas las sucursales cuentan con servicios similares -caja, gestión comercial y cajero- por una organización en la que sus locales y trabajadores se adapten a los factores geográficos, socioeconómicos y al comportamiento de sus clientes. Esta transformación pasa por dividir todas las sucursales en cuatro tipos: la oficina emblemática, que se ubicará en las principales ciudades; la urbana, similar a la anterior pero de menor tamaño; la ligera sin caja, orientada a proveer de servicios de gestión como fondos o hipotecas, entre otros; y las que se convertirán en autoservicios, sin personal, pero con cajeros más modernos que permiten realizar más operaciones. De hecho, Liberbank prevé renovar las 1.357 terminales que tiene en todo el país.
La reestructuración, por el momento, solo afectará a la red urbana, ya que la entidad no tiene planes para las sucursales ubicadas en la zona rural. Uno de los objetivos principales de este proyecto es reducir la cifra de los centros de atención al cliente de pequeño tamaño -entre uno y tres empleados-, que suponen el 70% de las 1.032 oficinas con las que cuenta la entidad por toda España y que gestionan un promedio de recursos -34,3 millones- muy inferior al promedio del sector (52,5).
NOELIA A. ERAUSQUIN
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